Uno de los objetivos principales de cualquier evento es llamar la atención de los asistentes y nada mejor para ello que hacerles pasar un buen rato recordando algunos de los momentos más divertidos de su infancia.
Según los expertos en psicología, cuando las personas jugamos y nos conectamos con nuestro ‘yo de niño’, la concentración en la actividad que estamos realizando aumenta y resulta más fácil que ese momento se quede guardado en nuestra memoria más fácilmente. Además, de esta forma también estaremos sacando a relucir nuestro lado más lúdico y creativo.
El poder de la música
Si organizas un evento y cuentas con buenos equipos de sonido, no dudes en sacarles partido con las canciones que han marcado algunos de los mejores momentos de tus asistentes: AC/DC, Madonna, The Beatles, Queen o ABBA, serán todo un acierto.Estas canciones lograrán emocionar y animar a los asistentes, por lo que nos serán de gran ayuda para llamar su atención y crear un buen clima.
Además del sonido, la letra o títulos de estas canciones también pueden utilizarse para nombrar un nuevo producto o asociarlos con el tema de una ponencia o presentación.
Recurre a los juegos de ayer y de siempre.
Algunos de los mejores momentos que recordamos de nuestra infancia están ligados a juegos como el Monopoly, el Scalextris, las canicas y juguetes como los Playmobil o los Lego.Podemos aprovechar el encanto y poder de estos juegos para crear dinámicas de gamificación que consigan que los asistentes se conozcan mientras pasan un buen rato, se involucren en la dinámica del evento o conozcan un nuevo producto de una forma diferente.
Otra alternativa es regalar o poner a la disposición de los invitados juguetes como Mr Potato o Playmobil personalizados según la profesión protagonista del evento (médicos, dentistas, comerciales…). De esta forma se seguirán acordando del evento también cuando estén de vuelta a casa con sus familias.
Juega con los sabores
Los sabores, como la música, también tienen el poder de evocar momentos pasados y felices. Por ello, otra buena idea es recurrir a ellos para captar la atención de los asistentes y mejorar la valoración del evento. Podemos recrear un picnic o una merienda de cumpleaños de una forma muy sencilla y resultona, además, podemos jugar con los ya mencionados juegos o películas de antaño y personalizar tartas y otros tentempiés.
Saca a relucir su creatividad
Si algo nos caracterizaba cuando éramos pequeños eso es nuestra creatividad e ingenio. Estas cualidades pueden ser de nuevo fácilmente a la luz a través de actividades artísticas grupales, que además de hacer que los asistentes interaccionen con el evento, les concederá un tiempo de desconexión. Podemos poner a disposición de los invitados los mismos materiales que utilizaban de pequeños para sus obras de arte, con las marcas de siempre, de esta manera, además de evocar su infancia, podremos conseguir que cuando vuelvan a utilizar o a ver estos materiales recuerden nuestro evento.