La vida sin música sería un error, dijo Nietzsche. Y razones no le faltaban. La música, al igual que los olores, tiene la capacidad de transportarnos a lugares o épocas diferentes gracias a su alto poder de asociación y de evocar emociones. Y todo ello gracias a complejos mecanismos neuronales que la neurociencia se ha ocupado de estudiar.
Desde que nacemos, o incluso antes, ya estamos escuchando música. Los bebés tienen la capacidad de responder a melodías antes que a la comunicación verbal con sus padres, al igual que estos se sienten relajados gracias a sonidos musicales suaves.
Entre los elementos que nos dan más placer en la vida, se encuentra indudablemente la música. Ésta tiene la capacidad de liberar dopamina en el cerebro, tal y como lo hace la comida, el sexo o las drogas. Todas ellos estímulos que dependen del sistema formado por estructuras cerebrales que gestionan las respuestas fisiológicas ante los estímulos emocionales.
En el área de la salud, la música es utilizada por sus cualidades en diversos fines. A través de la musicoterapia se busca activar procesos fisiológicos y emocionales que permiten estimular funciones deterioradas y realzar tratamientos convencionales. De esta forma, a través de la música se trata de mejorar, mantener o recuperar el funcionamiento cognitivo, físico, emocional y social, mientras ayuda a lentificar avances de diferentes condiciones médicas.
La música en los eventos corporativos
Pero la música no sólo tiene beneficios en el campo de la salud, también tiene mucho que decir, por ejemplo, en el ámbito de la empresa y los eventos corporativos o congresos. Muchos estudios han dejado constancia de la importante herramienta que es la música para ayudar a posicionar un negocio, motivar a trabajadores y clientes o aumentar las ventas.
Una de las peculiaridades de la música es la de crear una atmósfera con las características que busquemos en nuestro evento: Animada, tranquila, distinguida… Dependiendo de la atmósfera que creamos con la música, los invitados de nuestro evento lo presenciarán con una u otra predisposición o estado de ánimo.
Otro poder de la música es el de fidelizar y atraer a los clientes. En un estudio realizado en 1982 por el psicólogo Milliman, se demostró que el ritmo influía y marcaba la actividad de los diferentes clientes. Milliman utilizó la música lenta y la música rápida en un supermercado y midió el tiempo que les llevaba a los clientes moverse entre dos espacios definidos en la tienda, obteniendo que los clientes actuaban más despacio con música lenta (128 segundos), mientras que actuaban más rápido con música más rápida (109 segundos). Así mismo, los clientes gastaban más dinero cuando la música era más lenta, probablemente porque pasaban un mayor tiempo dentro de la misma.
Al igual que la publicidad verbal que se realiza de forma inconsciente, la música también puede influir en la elección de un consumidor y en su decisión de cuánto dinero gastarse en la marca.
Los directores creativos consideran que la música tiene el mismo impacto potencial que un instrumento visual y puede llegar a representar incluso más de un 50% de la publicidad de una compañía. El doctor Adrian North proporciona una serie de datos que demuestran que las marcas que están bien definidas por un tipo de música son un 96% más reconocidas por los consumidores que aquellas que no utilizan ningún tipo de sonido. El papel que juega la música dentro de una marca contribuye a que ésta sea más o menos conocida por los consumidores.
Si queremos que nuestros eventos gocen de todas estas peculiaridades y ventajas que nos presenta la música, es esencial contar con el equipo de sonido adecuado para cada tipo de evento.
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